28 octubre 2008

Temporal de frío adelantado


Para que haga frío o calor, para que llueva o no llueva, lo más importante es de dónde sopla el viento. O dicho en términos más finos, de dónde nos llegan las masas de aire. Los modelos climáticos del IPCC vaticinan que al Mediterráneo nos van a llegar cada vez menos masas de aire tanto del Atlántico como del Artico, así que cada vez vamos a estar más secos y más cálidos. Y que este cambio se va a deber a que por culpa del incremento del CO2 va a cambiar la circulación general de vientos. Aunque usted no lo entienda, hay 2.500 científicos y Pepiño Blanco que dicen eso. Así que hay que creérselo.

Un temporal de frío empieza a afectar a la parte más occidental de Europa, desde Escocia hasta Andalucía. La explicación, según los mapas del tiempo, radica en la existencia de una dorsal anticiclónica en el Atlántico que impide la llegada de aire oceánico y templado desde el oeste y facilita, por el contrario, la entrada de aire frío que viene del norte. En los mapas que pongo al lado la situación más parecida corresponde a la indicada por el tercero (Atlantic ridge, dorsal atlántica; las altas presiones en naranjas, las bajas en azules) (pinche en la figura para verla más grande).

A los que no sepan nada de nada del funcionamiento del tiempo y del clima, por ejemplo de la relación de las isobaras con la dirección del viento, les diré que el aire en el hemisferio norte se mueve más o menos en el sentido de las agujas del reloj alrededor de las altas presiones (anticiclones) y en sentido contrario al de las agujas del reloj alrededor de las bajas presiones (borrascas o ciclones). Así que en el mapa tercero, desde Escocia hasta Andalucía, con la alta presión en el oeste y la baja en el este, el aire circula de norte a sur, y nos trae humedad y frío, sobre todo.

De un artículo publicado en Nature tomo los cuatro mapas en los que esquemáticamente se agrupan las situaciones de tiempo ocurridas entre el 1 de Noviembre y el 31 de Marzo del período 1974-2007. Al lado de cada mapa aparece la frecuencia de cada tipo de tiempo en ese período estudiado (en %). Las variaciones que puede haber en el futuro en estos porcentajes es lo que determinará la intensidad y dirección del cambio climático en nuestra zona. Pero de aquí a saber con un mínimo de confianza cómo el incremento del CO2 afectará a esos porcentajes falta un larguísimo trecho.

ref.: Christophe Cassou, Intraseasonal interaction between the Madden-Julian Oscillation and the North Atlantic Oscillation : Article : Nature