08 noviembre 2006

Nauru, Tuvalu y Kiribati


Vamos al grano. A la derecha muestro un mapa y una gráfica extraída de una publicación reciente de la Oficina Meteo del Gobierno de Australia en las que se muestra la evolución del nivel del mar en la red de estaciones medidoras que se instalaron a principios de los 90 en diversos archipiélagos del oeste del Pacífico Ecuatorial (ver mapa).

Existe el infundio repetido (uno más) de que muchas de estas islas se están hundiendo debido a la subida del nivel del mar. Y se pone el ejemplo de que "dos islotes deshabitados de Kiribati, en el océano Pacífico, quedaron ya sumergidos en 1999".

Es posible que esos dos atolones a los que se hace referencia desaparecieran realmente en 1999.

Ahora bien, la mayor parte de los atolones son aureolas de coral que rodean a volcanes emergidos súbitamente y que luego se ven sometidos a un proceso de hundimiento por gravedad. Alrededor de sus paredes crecen corales que forman propiamente el atolón, pero si el hundimiento del volcán se produce más rapidamente de lo que crece el coral, acaban desapareciendo bajo las aguas. Total, que si estos atolones se hunden no es porque suba el nivel del mar en sí (y mucho menos por el "calentamiento global") sino porque la cadena sumergida de volcanes que les sirve de sustrato se hunde rápidamente por pura gravedad.

Como el lector mínimamente paciente podrá apreciar en la gráfica que presento, el nivel del mar que rodea a las islas de Nauru, Tuvalu y las Kiribati, sufrió precisamente durante el episodio del Niño de 1997-98 un fuerte descenso (y no una subida).

Resulta que el fenómeno natural del Niño, que se remonta a tiempo inmemorial, produce un calentamieno de las aguas del Pacífico Oriental (frente a las costas de Ecuador y norte de Perú) y allí sube el nivel de las aguas (por las corrientes y por su menor densidad), pero a la vez se produce un enfriamiento y una bajada significativa en las aguas del Pacífico Occidental, cercanas a Australia e Indonesia.

Al acabar el potente niño del 97-98 las aguas ascendieron para recuperar un nivel más normal, tal como se aprecia en la gráfica, y es quizás eso lo que determinó que algunos atolones se sumergieran entonces.