29 agosto 2006

Terra preta do indio


Con este nombre que suena tan bien se denomina en portugués a unos suelos negros, espesos, muy fértiles, que se encuentran esparcidos por la Amazonia, y que son fruto de las prácticas milenarias de los indios. Sobre una extensión predominante de suelos lavados por las lluvias y muy pobres en materia orgánica, oxisoles, aparecen estas manchas de tierra negra, la "terra preta do indio".

La negrura le viene de la abundancia de carbono. Una hectárea de estos suelos suele contener 250 toneladas de carbono, dos o tres veces más que lo que contienen los oxisoles de los alrededores, los cuales predominan en la selva. Este carbono procede fundamentalmente del carboneo, es decir, de la quema lenta y humeante, a baja temperatura, de la vegetación y la leña, que la convierte en una especie de carbón vegetal pulverizado, el cual se ha ido depositando y almacenando en el suelo a lo largo de muchos siglos, o incluso milenios.

En este tipo de "quema" de la maleza, o de la celulosa vegetal desechable, sólo una pequeña parte del carbono de las plantas se convierte en CO2 emitido al aire. Por lo tanto la mayor parte del carbono fijado en la fotosíntesis de las plantas pasa al suelo. La atmósfera pierde CO2.

En la revista Nature del 10 de Agosto se habla del posible sumidero de CO2 en el que podrían convertirse grandes extensiones improductivas del mundo si ahora, de una forma "artificial", se creasen suelos de este tipo a base de fabricar carbón de leña pulverizado. Sería una forma de recuperar en el suelo el carbono que quemamos del subsuelo (el de los combustibles fósiles) y además conseguiríamos aumentar las tierras y las cosechas agrícolas, pues la "terra preta" es muy fértil.

La idea no es nueva. Se le ocurrió a un investigador alemám Wim Soembrek hace ya bastantes años. Soembrek, que murió en el 2003, no verá su idea materializada pero es muy posible que en un futuro no lejano sea llevada a la práctica. El proyecto Terra Preta Nova la promociona.